TERCERA PARTE
CÓMO PONER EN PRACTICA ESTAS IDEAS
CAPITULO 10 - LAS RELACIONES
“Todas mis relaciones son armoniosas”
En
la vida todo son relaciones. Tenemos relaciones con todo. En este momento, usted
tiene una relación con el libro que está leyendo, conmigo y con mis ideas.
Las
relaciones que usted tiene con los objetos, la comida, el tiempo, el transporte
y las personas son, todas, reflejos de la relación que tiene con usted mismo. Y
la relación que tiene con usted mismo está sumamente influida por la relaciones
que tuvo con los adultos que lo rodeaban cuando era niño. La forma en que,
cuando éramos pequeños, los adultos reaccionaron ante nosotros es, con
frecuencia, la forma en que ahora nosotros mismos reaccionamos, tanto positiva
como negativamente.
Piense
un momento en las palabras que usa cuando se regaña. ¿No son las mismas que
usaban sus padres cuando lo regañaban? ¿Y qué palabras usaban cuando lo
elogiaban? Estoy segura de que son las mismas que usa usted para elogiarse.
Tal
vez nunca lo hayan elogiado, de modo que usted no tiene la menor idea de cómo
autoelogiarse, y probablemente crea que no hay nada que elogiar. No estoy
culpando a sus padres, ya que todos somos víctimas de víctimas. De ninguna
manera pudieron haberle enseñado algo que no sabían.
Sondra
Ray es una gran renacedora que ha trabajado mucho en este tema, y sostiene que
todas las relaciones importantes que tenemos son un reflejo de la que tuvimos
con uno de nuestros padres. Además, afirma que mientras no depuremos aquella
primera relación, jamás estaremos en libertad de crear exactamente lo que
queremos en las que tenemos ahora.
Nuestras
relaciones son espejos de nosotros mismos. Aquello que atraemos es siempre un
reflejo, ya sea de nuestras cualidades o de las creencias que profesamos
respecto de las relaciones. Y esto vale independientemente de que se trate de
un jefe, un colaborador, un empleado, un amigo, una (o un) amante, el cónyuge o
un hijo. Las cosas que a usted no le gustan de esas personas son las que usted
mismo hace o le gustaría hacer, son lo que usted cree. No podría atraer a esas
personas ni tenerlas en su vida si, con su manera de ser, no fueran de algún
modo el complemento de su propia vida.
Ejercicio:
Nosotros o ellos
Durante
un momento, piense en alguien que haya en su vida y que le moleste. Describa
tres características de esa persona que a usted no le gusten, que quiera verle
cambiar.
Ahora,
mire profundamente hacia dentro de sí y pregúntese dónde es usted así, y cuándo
hace esas mismas cosas. Cierre los ojos y dése
tiempo para hacerlo.
Después,
pregúntese si “está dispuesto a cambiar”. Cuando haga desaparecer de su
pensamiento y de su conducta esas pautas, esos hábitos y esas creencias,
aquella persona cambiará o desaparecerá de su vida.
Si
tiene un jefe que siempre está criticándolo y es imposible de complacer, mírese
por dentro. O usted en algún nivel hace lo mismo, o tiene la creencia de que
“los jefes son siempre criticones e imposibles de complacer”.
Si
tiene un empleado que no le obedece o no termina a tiempo los trabajos, observe
dónde hace usted lo mismo, y haga su propia limpieza. Despedir a alguien es muy
fácil, pero así no limpia usted su propia casa.
Si
hay un colaborador que no quiere cooperar y ser parte del equipo, trate de
descubrir cómo pudo usted haber provocado eso. ¿En qué punto no se muestra
usted cooperativo?
Si
tiene un amigo indigno de confianza y que lo deja en estacada, vuélvase hacia
adentro. ¿En qué aspectos de su vida es usted indigno de confianza, y cuándo
deja a los demás en la estacada? ¿Es eso lo que cree?
Si
tiene un (una) amante fría y poco cariñosa, fíjese a ver si dentro de usted no
habrá una creencia que se originó al ver a sus padres en su niñez, y que le dice
que el amor es frío y poco demostrativo.
Si
su cónyuge es regañón e indiferente, vuelva a examinar sus creencias
infantiles. ¿Alguno de sus padres era regañón e indiferente? ¿Es usted así?
Si
tiene un hijo cuyos hábitos le irritan, le garantizo que esos hábitos son los
suyos. Los niños sólo aprenden por imitación de los adultos que hay a su
alrededor. Cambie usted sus hábitos, y verá como su hijo cambia
automáticamente.
Esta
es la “única” manera de cambiar a los demás: empezar por cambiarnos a nosotros.
Cambie usted sus modelos mentales y verá como “ellos” también actúan de otra
forma.
De
nada sirve echar culpas. Con eso sólo dilapidamos nuestro poder. Mantenga su
poder, porque sin él no podrá hacer cambios en su vida. La víctima desvalida no
puede ver cómo salir de su situación.
CÓMO
SE ATRAE EL AMOR
El
amor llega cuando menos lo esperamos, cuando no vamos en busca de él. Si anda a
la caza del amor, jamás encontrará la pareja adecuada. Así sólo se crea
ansiedad y desdicha. El amor no está nunca afuera: lo llevamos dentro.
No
insista en que el amor venga inmediatamente. Quizás usted no esté preparado
para él, o tal vez no esté lo bastante evolucionado como para atraer el amor
que anhela.
No
se conforme con cualquiera aunque sólo desee que haya alguien. Plantee sus
exigencias. ¿Qué clase de amor quiere atraer? Haga una lista de las cualidades
que le gustaría que hubiera en la relación y cultívelas en usted. Así podrá
atraer a una persona que las tenga.
También
podría examinar qué lo está manteniendo lejos del amor. ¿Es usted criticón, o
se siente indigno? Sus normas, ¿son irrazonables? ¿Anda en pos de la imagen de
una estrella cinematográfica? ¿Tiene miedo de la intimidad? ¿Duda de que usted
pueda ser amado?
Esté
dispuesto para el amor cuando éste llegue. Prepárele el terreno, y no se olvide de que luego hay que
regarlo y abonarlo. Si ama, podrá ser amado. Siéntase abierto y receptivo ante
el amor.
En la infinitud
de la vida, donde estoy, todo es perfecto, completo y entero. Vivo en armonía y
equilibrio con todos los seres que conozco. En el centro profundo de mi ser hay
una fuente de amor infinita. Ahora dejo que ese amor fluya a la superficie, que
me llene el corazón, el cuerpo, la mente, la conciencia, y la totalidad de mi
ser, y que desde mí irradie en todas direcciones y vuelva a mí multiplicado.
Cuanto más amor uso y doy, más tengo para dar, porque la provisión es
inagotable. La donación de amor hace que me sienta bien, porque es una
expresión de mi júbilo interior. Porque me amo cuido amorosamente mi cuerpo.
Con amor lo alimento con productos sanos y beneficiosos, lo cuido y lo visto
con amor, y mi cuerpo con amor me responde vibrante de salud y energía. Porque
me amo, me ofrezco un hogar confortable, que satisface todas mis necesidades, y
donde estar es un placer.
Lleno las
habitaciones con la vibración del amor, para que todos los que entramos en
ellas percibamos ese amor y podamos alimentarnos de él. Porque me amo, tengo un
trabajo que realmente disfruto haciendo y donde pongo en juego mi talento y mi
capacidad creativa, trabajando con y para gente que amo y que me ama y
obteniendo buenos ingresos. Porque me amo, pienso y me conduzco afectuosamente
con todas las personas, porque sé que aquello que les doy vuelve a mí
multiplicado. A mi mundo atraigo solamente a gente que me ama, porque es un
reflejo de lo que yo soy. Porque me amo, perdono y renuncio totalmente al
pasado, a toda experiencia pasada, y soy libre. Porque me amo, vivo totalmente
en el ahora, sintiendo que cada momento es bueno, y sabiendo que mi futuro es
resplandeciente, jubiloso y seguro porque soy una criatura amada por Dios y
Dios amorosamente se ocupa de mí, ahora y por siempre jamás. Todo está bien en
mi mundo.
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