CAPITULO 1 - LO QUE CREO
“Los portales que llevan a la sabiduría
y al conocimiento están siempre abiertos”
LA VIDA ES REALMENTE MUY SIMPLE: RECIBIMOS LO QUE HEMOS DADO
Lo
que pensamos de nosotros mismos llega a ser verdad para nosotros. Creo que
todos, y me incluyo, somos responsables en un ciento por ciento de todo lo que
nos sucede en la vida, lo mejor y lo peor. Cada cosa que pensamos está creando
nuestro futuro. Cada uno de nosotros crea sus experiencias con lo que piensa y
lo que siente. Las cosas que pensamos y las palabras que decimos crean nuestras experiencias.
Nosotros
creamos las situaciones, y después renunciamos a nuestro poder, culpando a otra
persona de nuestra frustración. Nadie, ni ningún lugar ni cosa, tiene poder
alguno sobre nosotros, porque en nuestra mente los únicos que pensamos somos
“nosotros”, los que creamos nuestras experiencias, nuestra realidad y todo lo
que hay en ella. Cuando creamos paz,
armonía y equilibrio en nuestra mente, los encontramos en nuestra vida. ¿En cuál de estos dos enunciados se reconoce
ud.?
Todos están contra mí. La gente es siempre amable. Cada
una de estas creencias creará experiencias muy diferentes. Lo que creemos de nosotros mismos y de la
vida llega a ser nuestra verdad.
EL UNIVERSO NOS APOYA TOTALMENTE EN TODO LO QUE DECIDIMOS PENSAR Y CREER
Dicho de otra manera,
nuestra mente subconsciente acepta cualquier cosa que decidamos creer. Ambas
expresiones significan que lo que creo respecto a mí misma y a la vida llega a
ser verdad para mí. Lo que ud. decide pensar de ud. mismo y de la vida llega a
ser verdad para ud. Y ambos tenemos opciones ilimitadas respecto de lo que
podemos pensar.
Cuando
lo sabemos, lo sensato es optar por “La gente es siempre amable”, y no por
“Todos están contra mí”.
EL PODER UNIVERSAL JAMAS NOS JUZGA NI NOS CRITICA
Se limita a aceptarnos por lo
que valemos, y a reflejar nuestras creencias en nuestra vida. Si quiero creer
que la vida es solitaria y que nadie me ama, entonces eso será lo que encuentre
en mi mundo.
Sin embargo, si estoy
dispuesta a renunciar a esa creencia y a decirme que el amor está en todas
partes, y que soy capaz de amar y digna de amor, y me adhiero a esa nueva
afirmación y la repito frecuentemente, ésa llegará a ser mi verdad. En mi vida
aparecerán personas capaces de amar, las que ya forman parte de ella me
demostrarán más amor, y yo descubriré lo fácil que me resulta expresar mi amor
a los demás.
LA MAYORÍA DE NOSOTROS TENEMOS IDEAS ABSURDAS DE QUIÉNES SOMOS Y
MUCHAS, MUCHAS REGLAS RÍGIDAS SOBRE CÓMO SE HA DE VIVIR LA VIDA
No digo esto para condenarnos, ya que todos nosotros estamos haciendo lo
mejor que podemos hacer en este momento. Si supiéramos más, si tuviéramos más
entendimiento y fuéramos más conscientes, haríamos las cosas de otra manera.
Les ruego que no se menosprecien por estar donde están.
El hecho mismo de que hayan
encontrado este libro y me hayan descubierto significa que están preparados
para introducir en su vida un cambio positivo. Reconózcanse el mérito. “Los
hombres no lloran” “Las mujeres son
incapaces de manejar dinero”. Son ideas
demasiado estrechas para vivir con ellas.
CUANDO SOMOS MUY PEQUEÑOS
APRENDEMOS A SENTIRNOS CON NOSOTROS MISMOS Y CON LA VIDA SEGÚN LAS REACCIONES
DE LOS ADULTOS QUE NOS RODEAN
Es así como aprendimos lo que ahora pensamos de nosotros y de nuestro
mundo. Es decir, que si ha vivido ud. con personas muy desdichadas o asustadas,
culpables o coléricas, habrá aprendido muchas cosas negativas sobre usted y
sobre su mundo.
Nunca
hago nada bien....es por mi culpa.....si me enfado soy una mala persona.... Esa clase de creencias generan una vida de
frustración.
CUANDO CRECEMOS, TENEMOS TENDENCIA A RECREAR EL AMBIENTE EMOCIONAL DE
NUESTRO HOGAR DE LA INFANCIA
Es algo que no está ni bien ni
mal; simplemente, se trata de lo que por dentro sabemos que es un “hogar”. También tendemos a recrear la relación que
tuvimos con nuestra madre o con nuestro padre, o la que ellos tenían entre
sí. Pienso con cuánta frecuencia ha
tenido una amante o un jefe que era “el retrato” de su madre o padre.
Nos tratamos a nosotros mismos
tal como nos trataban nuestros padres. Nos regañamos y nos castigamos de la
misma manera. Si escucha, casi podrá oír las palabras. Además nos amamos y nos
animamos de la misma forma, si cuando éramos pequeños nos amaban y nos
animaban.
-Tú
nunca haces nada bien, es por culpa tuya.....
¿Cuántas veces se lo ha dicho a ud. misma?
-Eres
maravillosa, te amo.... ¿Cuántas veces se
lo ha dicho a ud. misma?
SIN EMBARGO, YO NO ECHARÍA LA CULPA A NUESTROS PADRES
Somos todos víctimas de
víctimas, y ellos no podían de ninguna manera enseñarnos algo que no sabían. Si
su madre no sabía amarse a sí misma, ni su padre tampoco, era imposible que le
enseñaran a ud. a amarse a sí mismo; estaban
haciendo todo lo que podían con lo que les habían enseñado de pequeños.
Si quiere ud. entender mejor a sus padres, hágales hablar de su propia niñez; y
si los escucha con compasión, aprenderá de dónde provienen sus miedos y sus
rigideces. Las personas que le hicieron a usted “todo aquello” estaban tan
asustadas y temerosas como ud.
De muy pequeños aprendemos
nuestros sistemas de creencias, y después vamos por la vida creándonos
experiencias que armonicen con nuestras creencias. Evoque su propia vida y
fíjese con cuánta frecuencia ha pasado por la misma experiencia. Pues bien, yo
creo que ud. se la creó una y otra vez porque reflejaba alguna creencia que
tenía sobre sí mismo. En realidad, no importa durante cuánto tiempo hemos
tenido un problema, ni lo grande que sea, ni hasta qué punto pone en peligro
nuestra vida.
EL MOMENTO DEL PODER ES SIEMPRE EL PRESENTE
Todos los acontecimientos que hasta el momento le han sucedido en su
vida han sido creados por los pensamientos y creencias que tenía en el
pasado. Fueron creados por las cosas que
pensó y las palabras que dijo ayer, la semana pasada, el mes pasado, el año
anterior, hace diez, veinte, treinta, cuarenta o más años, según la edad que
tenga.
Sin embargo, eso es su pasado,
está hecho y acabado. Lo que importa en
este momento es lo que ud. decida pensar y decir ahora mismo, porque esas ideas
y esas palabras han de crear su futuro.
Su momento de poder es este presente en que ud. está formando las
experiencias de mañana, de la próxima semana, del próximo mes o del año que
viene....
Tal vez tenga conciencia de lo
que está pasando en este momento. ¿Es un pensamiento positivo o negativo?
¿Quiere que ese pensamiento esté determinando su futuro? Pregúnteselo, dése
cuenta.
LO UNICO CON QUE TENEMOS QUE
VÉRNOSLAS ES SIEMPRE UNA IDEA, Y
UNA IDEA SE PUEDE CAMBIAR.
Sea cual fuere el problema,
nuestras experiencias no son más que efectos externos de nuestros
pensamientos. Incluso el odio hacia sí
mismo no es más que odiar la idea que uno tiene de sí mismo. Una idea que le
dice: “Soy una mala persona”. Esa idea
genera un sentimiento, y uno acepta el sentimiento. Sin embargo, si no tenemos la idea, no
tendremos tampoco el sentimiento. Y las
ideas se pueden cambiar. Cambie de idea,
y el sentimiento se irá.
Una vez descubierto el origen
de muchas de nuestras creencias, no debemos tomar esta información como excusa
para inmovilizarnos en nuestro dolor. El
pasado no tiene ningún poder sobre nosotros. Tampoco importa durante cuánto
tiempo hayamos seguido una pauta negativa.
El momento de poder es el presente. ¡Qué maravilla comprenderlo así!,
¡Podemos empezar a ser libres en este mismo momento!
CRÉASE O NO, NOSOTROS ELEGIMOS LO QUE PENSAMOS
Puede ser que habitualmente
pensemos siempre lo mismo, y que no parezca que estemos escogiendo lo que
pensamos. Pero hicimos la opción originaria. Podemos negarnos a pensar ciertas
cosas. Fíjese con qué frecuencia se ha negado a pensar algo positivo sobre
usted. Bueno, pues también puede negarse a pensar algo negativo sobre usted.
No hay nadie a quien conozca o
con quien haya trabajado que no sufra, en una u otra medida, por odiarse a sí
mismo o por sentirse culpable. Cuando más culpa y más odio hacia nosotros
mismos albergamos, peor funciona nuestra vida. Cuanto menos culpables nos
sintamos, cuanto menor sea la culpa que alberguemos, mejor funcionará nuestra
vida, en todos los niveles.
LA CREENCIA MÁS ÍNTIMA DE
TODOS AQUELLOS CON QUIENES HE TRABAJADO ES SIEMPRE: “NO SIRVO...”
Y con frecuencia, a eso le añadimos: “No hago ningún esfuerzo” o “No lo
merezco”. ¿No es cierto? Usted, ¿no dice muchas veces, o da a entender o siente
que no es lo bastante bueno? Pero, ¿para quién, y de acuerdo con las normas de
quién?
Si en ud. esta creencia es muy
fuerte, no podrá crearse una vida sana, una vida de amor, prosperidad y júbilo.
Sin que ud. sepa cómo, su fundamental creencia subconsciente estará siempre
contradiciendo este propósito. Sin saber
por qué, ud. jamás conseguirá llegar del todo a cumplirlo, porque siempre, en
alguna parte, habrá algo que ande mal.
SIENTO QUE EL RESENTIMIENTO, LAS CRÍTICAS, LA CULPA Y EL MIEDO CAUSAN
MÁS PROBLEMAS QUE NINGUNA OTRA COSA
Estas cuatro cosas son las que
provocan los principales desarreglos en nuestro cuerpo y en nuestra vida. Son
sentimientos que se generan en el hecho de culpar a otros en vez de asumir la
responsabilidad por nuestras propias experiencias. Si somos responsables en un ciento por ciento
de todo lo que nos sucede en la vida, entonces no hay nadie a quien
culpar. Sea lo que fuere lo que está
sucediendo “ahí fuera”, no es más que un reflejo de lo que pensamos
interiormente. No estoy perdonando el mal comportamiento de otras personas,
pero son “nuestras” creencias lo que atrae a la gente que nos trata de esa
manera.
Si se descubre diciendo que
todos le hacen siempre tal o cual cosa, lo critican, no le ayudan jamás, lo
tratan como un felpudo y lo insultan, piense que eso es “su modelo”. En su mente hay alguna idea que atrae a las
personas que exhiben ese comportamiento.
Cuando deje de pensar de esta manera, se irán a otra parte a hacérselo a
otro, porque ud. ya no los atraerá.
He aquí algunos resultados de
las pautas que se manifiestan en el nivel físico: Un resentimiento largamente
cultivado puede carcomer el cuerpo hasta convertirse en la enfermedad que
llamamos cáncer. Con frecuencia, el
hábito permanente de la crítica conduce a la aparición de artritis. La culpa
siempre busca el castigo, y el castigo provoca el dolor. (Cuando alguien que
viene a consultarme se queja de mucho dolor, sé que es una persona que carga
con mucha culpa). La tensión que el
miedo produce puede provocar afecciones como la calvicie, úlceras e incluso
llagas en los pies.
He comprobado que al perdonar
y renunciar al resentimiento se puede disolver incluso el cáncer. Esto puede parecer simplista, pero es algo
que he visto y he experimentado personalmente.
PODEMOS CAMBIAR NUESTRA ACTITUD HACIA EL PASADO
Lo pasado, pasado, se suele decir.
El pasado ya no se puede cambiar,
pero sí podemos cambiar nuestra manera de pensar en él. Es una tontería
que “nos castiguemos” en el presente porque alguien nos hizo sufrir en un
remoto pasado.
-Empiece a disolver
ese resentimiento ahora que es relativamente fácil –suelo decirle a la gente que alberga resentimientos profundos -.
No espere a verse ante la amenaza de un bisturí o en su lecho de muerte,
cuando tal vez tenga que enfrentar también el pánico.
Cuando somos presa del pánico
es muy difícil concentrar la mente en el trabajo curativo. Primero necesitamos tiempo para disolver los
miedos.
Si optamos por creer que somos
víctimas indefensas, y que en ninguna parte hay esperanza, el Universo nos
apoyará en esa creencia, y nada podrá salvarnos. Es vital que renunciemos a
esas ideas y creencias tontas, negativas y anticuadas que no nos sirven de
apoyo ni nos alimentan. Hasta nuestro concepto de Dios ha de ser el de alguien
que está de “nuestra” parte, y no contra nosotros.
PARA RENUNCIAR AL PASADO, DEBEMOS ESTAR DISPUESTOS A OLVIDAR
Es necesario que nos decidamos a renunciar al pasado y a perdonar,
incluso a nosotros mismos. Es probable que no sepamos perdonar, y también que
no queramos perdonar; sin embargo, el simple hecho de decir que estamos
dispuestos a hacerlo inicia el proceso de curación. Para curarnos, es imperativo que “nosotros”
renunciemos al pasado y que perdonemos.
“Te perdono por no ser como yo
quería que fueras. Te perdono y te dejo en libertad”
Quien se libera con esta
afirmación somos “nosotros”.
TODA ENFERMEDAD PROVIENE DE NO HABER PERDONADO ALGO
Cada vez que enfermamos,
debemos buscar en nuestro corazón qué es lo que necesitamos perdonar. En Un Curso en Milagros se nos dice que “Toda
enfermedad proviene de no haber perdonado algo”, y que “Cada vez que
enfermamos, debemos mirar a nuestro alrededor para ver a quién tenemos que perdonar.”
A esta idea añadiría yo que la
persona a quien más difícil se nos hace perdonar es aquella misma de quien “más
necesitamos liberarnos”. Perdonar
significa renunciar, dejar en libertad.
No tiene nada que ver con ningún comportamiento externo; es simplemente
no seguir aferrado a algo. No es
necesario que sepamos cómo perdonar, lo único que hace falta es que estemos
dispuestos a hacerlo, que de los cómos ya se encargará el Universo.
Aunque entendemos tan bien
nuestro dolor, ¡qué duro nos resulta a casi todos entender que “ellos”, sean
quienes fueren esos que más necesitamos perdonar, también sufrían! Es necesario
que entendamos que estaban haciendo lo mejor que podían con la comprensión, la
conciencia y el conocimiento que tenían en aquel momento.
Cuando alguien viene a mí con
un problema, no me importa de qué se trata; ya sea mala salud, falta de dinero,
relaciones insatisfactorias o una creatividad sofocada, yo siempre trabajo
sobre una sola cosa, que es el “amor a sí mismo”.
He comprobado que cuando
realmente nos amamos, es decir, cuando nos aceptamos y aprobamos “exactamente
tal como somos”, todo funciona bien en la vida. Es como si por todas partes se
produjeran pequeños milagros. Nuestra salud mejora, atraemos hacia nosotros más
dinero, nuestras relaciones se vuelven más satisfactorias, y empezamos a expresarnos de manera más creativa. Y
parece que todo eso sucediera sin que lo intentásemos siquiera.
Si uno se ama y se aprueba a
sí mismo, creándose un espacio mental de seguridad, confianza, mérito y
aceptación, eso aumentará su organización mental, creará más relaciones de amor
en su vida, le traerá un trabajo nuevo y un lugar nuevo y mejor donde vivir;
incluso le permitirá normalizar su peso corporal. Las personas que se aman a sí mismas, y que
aman su cuerpo, no abusan de sí mismas ni de los demás. Aprobarse y aceptarse a sí mismo en el ahora
es el primer paso hacia un cambio positivo en todos los ámbitos de la vida.
El amor a nosotros mismos, tal
como yo lo veo, comienza por no criticarnos jamás por nada. La crítica nos inmoviliza
en la pauta misma que estamos intentando cambiar; entendernos y ser amables con
nosotros mismos nos ayuda a salir de ella. Recuerde los años que se ha pasado
criticándose sin resultado alguno. Haga
la experiencia: APRUÉBESE, Y VEA QUÉ ES LO QUE SUCEDE.
En la infinitud
de la vida, donde estoy, todo es perfecto, completo y entero. Creo en un poder
mucho mayor que yo, que fluye a través de mí en cada momento del día. Porque sé
que en este Universo hay solamente Una Inteligencia, me abro a la sabiduría
interior. De esta Unica Inteligencia provienen todas las respuestas, toda
curación, todas las soluciones, toda creación nueva. En ese Poder y esa
Inteligencia confío, sabiendo que todo lo que necesito saber se me revela y que
todo lo que necesito me llega en el momento, el lugar y el orden adecuados.
Todo está bien en mi mundo.
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